Gerona, España
Los niños con trastornos del espectro autista (TEA) coinciden en unos déficits que afectan la interacción social, la comunicación y la flexibilidad en razonamiento. Además, en algunos existen unos déficits motores, que afectarán a lo largo de la vida, y que son susceptibles de tratamiento desde la fisioterapia. Por lo tanto, la figura del fisioterapeuta es necesaria para una intervención precoz del niño, aprovechando la plasticidad cerebral, para incidir positivamente en el desarrollo, así como en la calidad de vida, y conseguir una correcta integración social.
Se sabe que el tratamiento en el agua tiene una gran eficacia y un gran papel en el desarrollo del niño con TEA, donde el fisioterapeuta, aparte de trabajar los déficits motores, incidirá indirectamente en aspectos ligados a los déficits comunes del TEA (vínculo y comunicación).
La cointervención entre psicomotricista y fisioterapeuta, efectuada al mismo tiempo, aparte de incidir en el desarrollo del niño, ayudará a tratarlo desde dos perspectivas distintas. Así, se tratan, por una parte, aspectos ligados a temas emocionales y conductuales y, por otra parte, aspectos físicos. Ambas coinciden en el tratamiento a través del juego.
Se abre una nueva línea dentro de la fisioterapia pediátrica, en este caso dentro del ámbito paidopsiquiátrico. Por lo tanto, se trata de una oportunidad emergente de adquirir nuevos tratamientos de fisioterapia integrando el fisioterapeuta en el equipo multidisciplinar del TEA. Por ello, el fisioterapeuta participará directamente en un proyecto de atención integral del niño y adoptará el rol de agente promotor de la salud.