Durante la década de 1990, en EE. UU. se sustituyó progresivamente la vacuna contra la tosferina con células enteras (DTPw) por la acelular (DTPa), con menos efectos secundarios.
Se evalúa un estudio de casos y controles, realizado en California, que estudia las consecuencias del cambio vacunal en la incidencia de tosferina (diagnosticada por reacción en cadena de la polimerasa a Bordetella pertussis y B. parapertussis) en adolescentes durante un brote de la enfermedad en 2010.
Los resultados muestran que los adolescentes que recibieron cuatro dosis de DTPw en los dos primeros años de vida estuvieron más protegidos frente a la enfermedad que los que habían recibido cuatro dosis de DTPa. Para los que recibieron una vacunación mixta (DTPw y DTPa) hubo una clara relación (lineal y creciente) entre el número de dosis de DTPa recibidas y la probabilidad de tener tosferina, con un aumento del 40% en el riesgo de tosferina para cada dosis de DTPa adicional recibida.
La generalización de las vacunas acelulares se ha relacionado con la aparición creciente en los últimos años de brotes de la enfermedad. Aunque las causas son, sin duda, más complejas, la menor duración del efecto protector de esta vacuna parece jugar un papel importante.