La velocidad de sedimentación globular es un parámetro analítico simple y económico, pero inespecífico, que básicamente depende de las concentraciones plasmáticas de fibrinógeno, y que aunque no constituye la prueba diagnóstica de ninguna enfermedad, sí que continúa siendo muy útil en la detección y control de procesos infecciosos, inflamatorios, tumorales y necróticos.