La neuropatía inducida por quimioterapia (NIQ) es una complicación frecuente del tratamiento del cáncer que afecta de manera significativa a la calidad de vida de los pacientes y constituye un factor limitante de dosis que interfiere con el correcto tratamiento del cáncer. (Argyriou et al. 2008). Desde los primeros días de su uso clínico, la neuropatía periférica se ha convertido en uno de los principales efectos no hematológicos limitantes de bortezomib. La neurotoxicidad puede afectar sustancialmente la calidad de vida de los pacientes y normalmente requiere reducción de la dosis,