Gdańsk, Polonia
Gdańsk, Polonia
Antecedentes: La implementación de medidas higiénicas y cambios sencillos en la estructura del personal médico puede reducir considerablemente la tasa de bacteriemia asociada al catéter (BAC) en pacientes que reciben nutrición parenteral.
Objetivo: Analizar el impacto de los cambios organizacionales dentro de los servicios de nutrición parenteral sobre las tasas de BAC en pacientes pediátricos.
Métodos: Hemos comparado las tasas de BAC documentadas antes, durante y después de la implementación de los cambios organizacionales (introducción de un grupo de apoyo nutricional y los procedimientos relacionados, formación del personal médico).
Descubrimientos: Un total de 260 series de nutrición parenteral fueron ofrecidos a 141 pacientes pediátricos durante el periodo analizado. Se documentaron treinta BAC durante este periodo. Los factores etiológicos más frecuentes eran staphylococci (21/30), seguidos por Klebsiella pneumoniae, Escherichia coli y Candida albicans (2/30 cada uno). Los cambios organizacionales fueron reflejados en una reducción de la incidencia de BAC en más de 8 veces: el valor inicial disminuyó desde 10.14 hasta 6.89 por 1000 días-catéter y hasta 1.17 por 1000 días-catéter durante y después de la reorganización, respectivamente.
Conclusión: La introducción de un grupo de apoyo nutricional, acompañada de una extensa formación del personal médico puede resultar en una reducción considerable de la tasa de BAC en pacientes pediátricos que reciben nutrición parenteral en en un entorno hospitalario.
Background: Implementation of hygienic measures and simple changes in the structure of medical team may considerably reduce the rate of catheter-related bloodstream infections (CRBSIs) in parenterally nourished patients.
Aim: To analyze the effects of organizational changes in parenteral nutrition services on the CRBSI rates in pediatric patients.
Methods: We compared the CRBSI rates documented prior to, during and after the implementation of the organizational changes (introduction of a nutritional support team and related procedures, medical staff training).
Findings: A total of 260 courses of parenteral nutrition were offered to 141 pediatric patients during the analyzed period. Thirty CRBSIs were documented during this period. The most frequent etiological factors were staphylococci (21/30), followed by Klebsiella pneumoniae, Escherichia coli and Candida albicans (2/30 each). The reorganization was reflected by more than 8-fold reduction of the CRBSI incidence rate: from the initial value of 10.14 to 6.89 per 1000 catheter days and 1.17 per 1000 catheter days during and after the reorganization, respectively.
Conclusion: Introduction of a nutritional support team, accompanied by extensive training of medical staff, can result in a marked reduction of CRBSI rate in pediatric patients nourished parenterally in a hospital setting.