Natalia Redondo Rodríguez, José Luis Graña Gómez
Este estudio tiene como objetivo analizar las características de consumo de alcohol y sustancias ilegales en una muestra de 572 maltratadores en tratamiento por orden judicial. Los resultados indican que la prevalencia de consumo de alcohol en el último año fue de 89,3%, mientras que dentro de las sustancias ilegales las prevalencias más altas fueron para cannabis (27,8%) seguido de cocaína (20,3%). Con el objetivo de analizar el posible efecto del consumo sobre los niveles de perpetración y victimización de agresiones hacia la pareja, se dividió la muestra en 4 grupos: no consumidores (16,3%), consumidores de alcohol (58,6%), consumidores de drogas ilegales (3,5%) y consumidores de alcohol y drogas ilegales (21,7%), encontrándose que el grupo de los no consumidores y el de los consumidores de alcohol son los que presentan los niveles más bajos en perpetración de agresiones psicológicas, físicas y sexuales y victimización de agresiones psicológicas y físicas, mientras que el grupo de consumidores de alcohol e ilegales es el que presenta los niveles más elevados. Los resultados hallados ponen de manifiesto la necesidad de evaluar el consumo de sustancias a la hora de diseñar protocolos de intervención con maltratadores.
The purpose of this study is to analyze the alcohol and illicit substance consumption characteristics in a sample of 572 batterers in treatment by court order. The results indicate that the prevalence of alcohol consumption in the past year was 89.3%, whereas within illicit substances, the prevalences were higher for cannabis (27.8%), followed by cocaine (20.3%). In order to analyze the possible effect of consumption on levels of perpetration and victimization of partner-aggression, the sample was divided into 4 groups: nonconsumers (16.3%), alcohol consumers (58.6%), illicit drug consumers (3.5%), and consumers of alcohol and illicit drugs (21.7%), finding that the groups of nonconsumers and alcohol consumers presented the lowest level of perpetration of psychological, physical, and sexual aggression and of victimization of psychological and physical aggression, whereas the group of consumers of alcohol and illicit drugs presented the highest levels. The results reveal the need to assess substance consumption when designing intervention protocols with batterers.