La tularemia es una enfermedad causada por el agente infeccioso Francisella tularensis, de la cual existen varias especies, siendo la subespecie palearctica la más difundida en Eurasia1 y la identificada en España en 19972 . Es una zoonosis interespecífica que afecta a mamíferos (principalmente lagomorfos y roedores) y aves, pudiendo ser transmisores ciertos artrópodos como insectos y arácnidos, entre los cuales no se incluyen los crustáceos.
En diciembre de 1997 asistimos a la aparición de una epidemia de tularemia en humanos relacionada con la manipulación de liebres (Lepus granatensis) procedentes de varias provincias castellano-leonesas3 . En agosto de 1998 se notificó la existencia de un segundo brote, en esta ocasión de origen hídrico, de tularemia en humanos en la provincia de Cuenca; este segundo brote estaba asociado a la pesca de cangrejos de río1 . Y, por último, en julio del 2001 se produjo un caso de tularemia por manipulación de cangrejos de río, el caso que nos ocupa.