Introducción: El patrón de Dieta Mediterránea es considerado como un modelo a potenciar; sin embargo, se está deteriorando especialmente en jóvenes universitarios.
Intentar mejorarlo en la etapa de formación universitaria creemos puede ser de interés y máxime si se trata de futuros profesionales de Enfermería (E) y Magisterio (M).
Objetivo: Determinar las variaciones que con la docencia en asignaturas de nutrición-alimentación se pueden conseguir tanto en conocimientos como en la adherencia a la dieta mediterránea (ADM) en una población universitaria de futuros Enfermeros y Maestros y analizar diversos factores que pudieran mejorar su calidad nutricional.
Material y métodos: Distribución pre y post docencia de un cuestionario y del test Kidmed a una muestra de 399 universitarios (216, E; y 183, M) con edades medias de 22,4 años (E) y de 33,8 años (M). De cada encuestado se registraban estudios iniciales, edad, peso, talla, conocimientos de DM e índice Kidmed (de 0 a 12) indicando si la ADM era baja (de 0 a 3), media (de 4 a 7) o alta (de 8 a 12). Para la comparación de los datos se ha utilizado el test Chi cuadrado y el programa estadístico SPSS 21.
Resultados: Existen en ambos colectivos (E y M), tras la docencia variaciones significativas en conocimientos (p<0,001) sobre DM. Asimismo son significativos los cambios entre los valores medios de ADM, tanto en Enfermería que pasan de 4,76 a 5,33 (p<0,05), como en Magisterio que evoluciona de 6,17 a 8,77 (p<0,001). No obstante lo anterior, son muy deficientes los valores finales de consumo de frutas y verduras en el grupo de Enfermería.
La mejor evolución del grupo de Magisterio puede estar condicionada por la edad madura de este grupo. Dentro de las mejoras significativas post docencia conseguidas en los hábitos de ambos grupos sólo son coincidentes las que implican un consumo de menor bollería industrial (p<0,001) y golosinas (p<0,05).
Conclusiones: A pesar de los avances conseguidos el 84,3% de los futuros Enfermeros necesitarían mejorar su ADM y sería necesario incrementar hábitos nucleares de la DM como son el consumo diario de frutas y verduras.
Ya en menor proporción, un 27% de los estudiantes de Magisterio deberían también mejorar su ADM. Sería conveniente seguir profundizando en campañas educativas nutricionales y máxime teniendo en cuenta la futura función social que estos colectivos pueden desempeñar.