Los trastornos gastrointestinales son bastante comunes entre los deportistas (30% a 70%). En este sentido, tanto la intensidad como el tipo de actividad deportiva han demostrado ser factores que contribuyen a estos problemas (acciones mecánicas, modifi caciones del fl ujo sanguíneo gastrointestinal, y cambios neuroendocrinos). Como resultado de estos factores, pueden producirse molestias por refl ujo gastroesofágico, náuseas, vómitos, úlcera péptica, o dolor abdominal transitorio relacionado con el ejercicio. A la luz de los conocimientos actuales, parece que las defi ciencias inmunitarias que aparecen en deportistas, se deben a parámetros inherentes al propio ejercicio físico que genera toda una sucesión de cascadas de señalizadores celulares que culminan en la activación de factores de transcripción, traducción de ARNm, síntesis de proteínas y proliferación celular.
Numerosos estudios confi rman los efectos agudos y crónicos del ejercicio sobre el sistema inmunológico, pero todavía hay muy pocos estudios que hayan sido capaces de demostrar una relación directa entre la depresión inmunitaria inducida por el ejercicio y el aumento de la incidencia de patologías infecciosas en deportistas. La microbiota interactúa con el sistema inmune innato y adquirido jugando un papel fundamental en el mantenimiento de un estado inmunitario adecuado. La interacción con las bacterias de la microfl ora endógena favorece un crecimiento mutuo y la supervivencia y control de la enfermedad infl amatoria intestinal. En base a estas evidencias, los probióticos, algunos aminoácidos como la glutamina, arginina y leucina y determinados fi toquímicos se pueden usar como una terapia ecológica preventiva. Esta revisión es un intento de establecer las bases fi siopatológicas de estos desórdenes con el fi n de contribuir al desarrollo de la nutrición personalizada que permita un óptimo tratamiento de los trastornos gastrointestinales en deportistas.