La encefalopatía hepática (EH) es una complicación frecuente de la cirrosis, con un gran impacto social, que deteriora la calidad de vida del paciente y se considera un signo de enfermedad hepática avanzada y, por tanto, una indicación clínica para la evaluación de trasplante hepático.
Los pacientes que han presentado episodios de EH tienen un elevado riesgo de recurrencia, por lo que una vez superado el episodio de EH se recomienda el control y la prevención de factores precipitantes (hemorragia digestiva, peritonitis bacteriana espontánea, uso de los diuréticos con precaución, evitar medicación depresora del sistema nervioso), la administración continuada de disacáridos no absorbibles, como lactitol o lactulosa, o de antibióticos poco o no absorbibles como rifaximina, y la valoración de la necesidad de un trasplante hepático, dado que la presencia de un episodio de EH conlleva un mal pronóstico en la cirrosis.