J. Flores Cordón
Justificación. La realidad que experimenta el enfermo de Cuidados Paliativos en los últimos días de vida, se describe por la presencia de amplia sintomatología, cambiante y multifactorial. Esto lleva consigo un alto impacto emocional, social y espiritual que precisa de una atención específica por un equipo interdisciplinar bien adiestrado para poder aplicar los tratamientos y unos cuidados de calidad.
Ante todo proceso que sufre un enfermo terminal, se hace necesario contar con una hoja de registro donde reflejar por escrito como se desarrollan diversos acontecimientos, que van desde el control de síntomas a la valoración de sus necesidades y demandas de atención al final de sus vidas. Registrar cómo sucede el hecho, los profesionales que intervienen en él y las medidas llevadas a cabo en la atención del proceso es necesario. Y de esta forma poder analizar como se está atendiendo a las personas implicadas en la situación de agonía.
Objetivo. Es doble, por un lado, describir cómo se recoge la complejidad de la situación de los últimos días del paciente, según consta en los registros de Enfermería y cómo estos registros resultan de utilidad para el seguimiento posterior de duelo e intervención de otros profesionales de la salud, y por otro lado, valorar el nivel de satisfacción con el registro y su validez por los profesionales de la unidad.
Diseño. Estudio descriptivo transversal mixto (técnicas cuantitativas y técnicas cualitativas) retrospectivo.
Lugar. España, Barcelona, Hospitalet de Llobregat, Instituto Catalán de Oncología, Hospital Durán y Reynals, Servicio de Cuidados Paliativos.
Sujetos. Los participantes se reclutaron mediante selección poblacional. Se incluyeron todos las Enfermeras que trabajan en la Unidad de Cuidados Paliativos y la Trabajadora Social.
Métodos. El estudio tiene tres fases con diferentes metodologías. En la primera fase, se revisaron los 150 registros sobre "la situación de los últimos días", por la Trabajadora Social y un representante de Enfermería, que correspondía a los enfermos que fallecieron en la Unidad durante un año. Se detectaron necesidades y se analizaron las situaciones del paciente y familia que eran candidatos a seguimiento de duelo. Se describieron las variables cuantitativas con frecuencias y porcentajes. En la segunda fase se definen, en reuniones de consenso, los ítems o variables que deben de estar incluidos como más importantes en el registro a utilizar y se realizan los cambios oportunos según el grupo. En la tercera y última fase se valoró de forma cualitativa el nivel de satisfacción de los profesionales con el registro, contestando a un cuestionario elaborado con tres preguntas abiertas no estructuradas las cuales valoran las dimensiones: cumplimentación y utilidad. Se hizo un análisis cualitativo de contenido textual del cuestionario.
Principales resultados. Los resultados se describieron según la complejidad del proceso y la satisfacción del registro por los profesionales.
Se identificó que una de cada cuatro situaciones reflejadas en el registro son "proceso con complejidad", con un gran impacto emocional para el equipo asistencial y que requirió seguimiento de duelo por la trabajadora social, y en caso patológico por el psiquiatra. Gran número de situaciones de muerte fueron descritos como procesos sin complejidad donde hubo un buen control de los síntomas y la familia se encontraba ajustada a la situación.
En relación a la satisfacción del registro, los profesionales de enfermería estiman su utilidad y está bien definido ante la situación de los últimos días aunque puede ser mejorable.
Conclusiones. En el estudio queda claro que en la gran mayoría de los procesos han sido sin complejidad con un adecuado control de síntomas y un buen ajuste a la adaptación del acontecimiento tanto del paciente como de la familia.
Ha quedado reflejado que la experiencia del soporte del registro enfermero, ante el proceso de la muerte, es un instrumento eficaz que permite describir cómo sucede el proceso y las valoraciones y los cuidados de enfermería.