María Dolores Peláez Cerón, Antonio Jesus Nuñez Montenegro, José Javier Santos Pérez, Dionisio Camacho González, Angeles Valdés Solís, Remedios Delgado Viera
En este artículo se presenta un caso clínico de una paciente de 81 años con antecedentes de fractura de cadera, autolesión e intento de suicidio. La paciente ingresa, en una de las residencias del Área, con trastorno del pensamiento que le impiden realizar los cuidados de su marido y los suyos. El marido presenta un afrontamiento inefectivo ante la situación y requieren de la atención especializada y continua de cuidadoras. Nos consultan por la presencia de una "herida en la zona sacra", compatible con una úlcera por presión (UPP). La paciente está consciente, orientada y es poco colaboradora. No padece ningún tipo de demencia y el deterioro cognitivo en la primera exploración es leve. El estado actual le impide la movilización por sí misma y necesita ayuda. Con este caso queremos señalar la importancia que tiene la atención tanto física y psicológica, es decir la valoración holística y desde la perspectiva bio-psicosocial de los usuarios. El problema principal de la paciente es el deterioro del pensamiento relacionado con ideas de suicidio y manifestado verbalmente, de origen psicológico que no le permite su independencia. La atención del caso requiere de la atención de varios profesionales y se puede observar la buena coordinación que desarrolla la Unidad de Residencias entre distintos profesionales e incluso de distintos niveles de atención.