Emilio González Jiménez, Jacqueline Schmidt Río-Valle
Justificación. La obesidad constituye un problema de salud pública a nivel mundial. Desde el siglo XIX el índice de masa corporal (IMC) se utiliza para determinar el grado de obesidad en la práctica clínica dada sus características de simplicidad, inocuidad y reducido coste. Por otro lado, en la actualidad existen técnicas sofisticadas para valorar el porcentaje de grasa corporal. En este sentido, algunos autores han intentado correlacionar los valores de IMC con porcentaje de grasa corporal, existiendo resultados contradictorios por el momento.
Objetivo. Analizar la especificidad del índice de masa corporal (IMC) como indicador para determinar la adiposidad corporal.
Diseño. Se realizó una revisión sistemática y meta-análisis de los estudios que evaluaron el empleo del índice de masa corporal (IMC) para determinar la adiposidad corporal.
Estrategias de búsqueda. Las fuentes de datos exploradas fueron MEDLINE (1950-junio 2008), EMBASE (1988-junio2008), Cochrane, Database of Systematic Reviews (desde su creación), Central Cochrane (desde su creción), Web of Science (1993-junio 2008) y SCOPUS (1996-junio 2008).
Criterios de selección. Para ser incluidos, los estudios debían utilizar el IMC como instrumento de medida de adiposidad corporal, asumiendo valores estándares de IMC para el diagnóstico y utilizando además técnicas de composición corporal como referencia estándar para determinar el porcentaje de grasa corporal.
Recopilación y análisis de datos. Un bibliotecario con experiencia en revisiones sistemáticas, de la biblioteca de la Clínica Mayo Plummer en Rochester recopiló los datos. Se diseñó un plan de búsqueda para encontrar todos los estudios que evaluaron la capacidad del IMC para detectar el exceso de adiposidad. La búsqueda se llevó a cabo por tres dominios: (1) índice de masa corporal o su equivalente (por ejemplo, Índice de Quetelet), (2) diagnóstico de rendimiento o su equivalente (por ejemplo, la sensibilidad, especificidad, valores predictivos), y (3) la grasa corporal o su equivalente (por ejemplo, absorciometría dual de rayos X, de la impedancia bioeléctrica, pletismografía por desplazamiento de aire, la composición corporal). Los resultados de las búsquedas de dominio individuales se combinaron mediante la conjugación "y" o su equivalente. El análisis se realizó utilizando la versión 1.4 del software estadístico Meta-Disco.
Los estadísticos se agruparon en función de su sensibilidad, especificidad, cocientes de probabilidad positivos y negativos, y odds ratio diagnósticos. La inconsistencia estadística (I2) evaluó la potencial heterogeneidad.
Resultados. La búsqueda proporcionó 3.341 resúmenes potencialmente relevantes. De ellos, 25 artículos cumplían los criterios de inclusión predefinidos. Estos estudios evaluaron un total de 32 muestras diferentes, valorándose 31.968 pacientes. El IMC se emplea habitualmente para diagnosticar la obesidad, mostrando una sensibilidad combinada para detectar una adiposidad elevada de 0,50 (intervalo de confianza del 95% (IC): 0.43-0.57) y una especificidad combinada de 0,90 (IC: 0,86-0,94). El cociente de probabilidad positivo fue de 5,88 (IC: 4,24-8,15), I2 = 97,8%. El cociente de probabilidad negativo fue de 0.43 (IC: 0,37 a 0,50), I2 = 98,5%, y el odds ratio diagnósticos de 17.91 (IC: 12,56-25,53), I2 = 91,7%. El análisis de los estudios que utilizaron puntos de corte de IMC 30 tenían una sensibilidad combinada de 0,42 (IC: 0,31-0,43) y una especificidad combinada de 0,97 (IC: 0.96-0.97). Los valores de corte y el origen local de los estudios sólo explican en parte la heterogeneidad observada en las estimaciones de odds ratio combinado.
Conclusión. Habitualmente el empleo de los valores de corte de IMC para diagnosticar obesidad tiene una alta especificidad, pero una baja sensibilidad para identificar la adiposidad, ya que no identifican la mitad de las personas con exceso de porcentaje de grasa corporal.