David Betancur Ancona, Maira Segura Campos
En el siglo pasado se observó un decaimiento tanto de la deficiencia nutricional como de las enfermedades infecciosas. Por el contrario se incrementó la mortalidad asociada a enfermedades crónicas, particularmente las enfermedades cardiovasculares. La investigación enfocada a la prevención y tratamiento de estas enfermedades ha identificado a la elevación del colesterol en plasma como un factor primario de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares asociadas a la hipercolesterolemia puede retrasarse o prevenirse mediante mejoras en la dieta. Descubrimientos recientes han demostrado que la ingesta de concentrados proteínicos, hidrolizados proteínicos y péptidos de origen vegetal puede reducir la concentración de colesterol en sangre. La reducción de los niveles de lípidos y colesterol causada por proteínas, hidrolizados y péptidos podría deberse a la modificación en sí de la dieta, a la reducción de la síntesis de colesterol, a cambios en la síntesis de ácidos biliares o a la reducción de la absorción de colesterol y ácidos biliares. Las terapias que combinan fármacos con modificaciones de la dieta, pueden reducir significativamente la dosis de los fármacos ingeridos, el aumento progresivo de dicha dosis y los costos asociados al tratamiento de la enfermedad. Las proteínas, hidrolizados y péptidos de origen vegetal podrían ser utilizados como nutracéuticos, como parte de la formulación de alimentos funcionales o el diseño de medicamentos de origen natural, debido a sus efectos benéficos sobre la salud. Potenciado de esta forma su empleo en el tratamiento de dislipidemias y de patologías relacionadas.