Justificación. La anquiloglosia o frenillo lingual corto afecta hasta al 4,8% de todos los recién nacidos y se asocia con varios problemas y dificultades tanto del bebé como de la madre durante el amamantamiento, tales como escasa ganancia ponderal, mal agarre, dolor y/o grietas en el pezón, ingurgitación mamaria y baja producción láctea. La frenotomía o eliminación quirúrgica del frenillo lingual se utiliza habitualmente para solucionar la anquiloglosia. Pero es escasa la evidencia de alta calidad que respalde el uso de esta técnica, además de una marcada controversia entre distintos profesionales del área perinatal en cuanto a la conveniencia de su práctica.
Objetivo. El objetivo principal es determinar si la práctica de la frenotomía en recién nacidos sanos con anquiloglosia disminuye el dolor del pezón materno y mejora la técnica de lactancia materna en general. El objetivo secundario es determinar si aumenta la duración de la lactancia materna.
Diseño. Ensayo clínico aleatorio simple ciego.
Lugar. Naval Medical Center Portsmouth, Portsmouth, Virginia, EEUU.
Sujetos. Se seleccionaron 58 recién nacidos sanos alimentados con lactancia materna y menores de 30 días. Durante un periodo de 12 meses, fueron seleccionados desde revisiones rutinarias, si la madre refería dolor o lesiones en el pezón y/o dificultades para amamantar y, además, al examinar la boca del niño/a se detectaba una marcada anquiloglosia. Se solicitó consentimiento informado escrito a los padres o tutores legales.
Intervención. De modo aleatorio se divide a los recién nacidos en dos grupos: 30 en el grupo de intervención y 28 en el grupo control. Los padres desconocían a qué grupo se asignó su hijo/a y se mantuvieron separados de ellos durante el mismo tiempo (el necesario para efectuar la intervención). La intervención consistió en practicar una frenotomía. Inmediatamente después, ambos grupos se reunían con sus madres y se les pedía que les amamantasen. Para garantizar el método ciego, se indicaba a las madres no observar la boca de sus bebés hasta después de finalizar esta primera toma y la evaluación posintervención, tras lo cual si se informó a los padres del grupo asignado a su hijo/a.
La misma evaluación se vuelve a repetir a las dos semanas y en seguimientos regularmente programados durante un año. Como máximo, a las dos semanas tras la intervención se ofreció la realización de la frenotomía a los recién nacidos asignados al grupo control que continuaban con dificultades para alimentarse al pecho, cumpliendo así el requisito exigido por el comité ético del centro.
Recogida de datos y análisis. Las tres variables medidas fueron: anquiloglosia en el recién nacido, dolor en el pezón materno y técnica de amamantamiento.
El grado de anquiloglosia se midió mediante un instrumento llamado HATLFF (Hazelbaker Assessment Tool for Lingual Frenulum Function, versión 1998), que permite objetivar la función y apariencia de la lengua. La recogida de datos fue realizada por consultores certificados en lactancia y cirujanos otorrinonaringólogos entrenados previamente. Este test tiene una excelente confiabilidad para diagnosticar una anquiloglosia marcada y recomendar la frenotomía.
El grado de dolor en el pezón se midió pasando a las madres un cuestionario llamado SQ-MPQ (Short-Form McGill Pain Questionaire), instrumento traducido a varios idiomas y ampliamente validado.
La evaluación de la técnica de lactancia se realizó con una herramienta llamada IBFAT (Infant Breastfeeding Assessment Tool). Este método de evaluación de una toma parece ser confiable, aunque hay controversia sobre si realmente existe algún instrumento suficientemente validado para evaluar este aspecto.
El tamaño mínimo de muestra se determinó en 50 sujetos (SD 1.5 y tamaño del efecto 0.41, p<0.05 y una potencia del 80%).
El análisis de los datos se realizó por intención de tratar (ITT). Se realizó el testX2 para los datos categóricos y el análisis de varianza para las puntuaciones numéricas. En todas los pruebas, se consideró estadísticamente significativa p<0.05. El análisis estadístico se realizó con el programa SSPS.
Resultados. Durante 12 meses se incluyeron 58 recién nacidos, y de modo aleatorio se asignaron al grupo de intervención (30), al que se practicó una frenotomía, o al grupo control (28). No hubo ningún abandono ni ninguna exclusión. El seguimiento continuó hasta 12 meses posintervención.
Ambos grupos presentaron una disminución estadísticamente significativa en los niveles de dolor del pezón tras la intervención, aunque esta diferencia fue mucho más significativa en el grupo al que se practicó la frenotomía (p<0.001). Las puntuaciones obtenidas en la evaluación de la técnica de lactancia mejoraron significativamente en el grupo de intervención (p=0.029), pero casi no se modificaron en el grupo control (p=0.31).
A excepción de una familia, todos los padres del grupo control decidieron practicar la frenotomía tras las 2 semanas de seguimiento, lo que impidió comparaciones posteriores entre los dos grupos.
No hubo diferencias significativas en la duración de la lactancia entre ambos grupos (p=0.43). Este resultado debe interpretarse con cautela, debido al cruce de la mayoría de los sujetos del grupo control al grupo de frenotomía tras 2 semanas de tratamiento. La prevalencia de la lactancia materna en ambos grupos a los 6 y 12 meses fue similar a la de la población general.
No hubo complicaciones derivadas de la práctica de la frenotomía en ningún recién nacido.
Conclusiones. Se demuestra una clara e inmediata mejoría en el dolor del pezón materno y en la técnica de amamantamiento tras la práctica de la frenotomía en recién nacidos diagnosticados de una anquiloglosia importante, a pesar del posible efecto placebo sobre el dolor del pezón referido por las madres del grupo control. La frenotomía ha resultado ser un procedimiento rápido, fácil y sin complicaciones. Estudios posteriores deben determinar cuál es la edad óptima del niño/a para realizar la técnica y cuál es el mejor instrumento para medir el grado de anquiloglosia.