Durante décadas los discursos sobre la promoción de la lactancia materna han sido modificados según las necesidades sociales de la época.
Estamos ante un estudio cualitativo que analiza los componentes ideológicos sobre la lactancia materna mediante el análisis de documentos y entrevistas realizadas a madres, dos meses posteriores al alumbramiento.
El análisis de los resultados se ha estructurado en dos apartados, el primero centrado en los discursos de la primera mitad del siglo XX y el segundo centrado en la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad.
En el primer período, a mitad del S.XX, según los autores existe una gran insistencia por parte de la ciencia, el estado y los pediatras de la época, en que la finalidad de la mujer era no solamente parir, sino que la alimentación, la crianza y la educación de los hijos/as eran funciones asignadas a las madres, quedando los hombres exentos de esta responsabilidad. Debido al descenso de la natalidad y al aumento del trabajo de la mujer fuera de casa, se recuerda a ésta que para alcanzar la plenitud debe tener hijos y amamantarlos.
Durante la guerra y la postguerra en las que las condiciones sociales eran de extrema pobreza, se insistió en el fomento de la lactancia materna mediante un movimiento ideológico apoyado por la religión, la política y la medicina como prevención para reducir la mortalidad infantil.
En el segundo período, S.XX, coincidiendo conla época dorada de crecimiento económico y con la necesidad de mano de obra femenina, apoyado por los discursos médicos se empezó a promocionar la alimentación con leche de fórmula.
El artículo plantea que los avances sociales, al aumento de la higiene y la mejora de los preparados de la leche de fórmula, deben condicionar los discursos ya que la obligación materna de lactar asociada al riesgo de mortalidad infantil carece de sentido en la actualidad.
Al tiempo plantea que las mujeres de hoy en día, tienen mejor formación y ocupan cargos de mayor prestigio. Se buscan nuevos valores ideológicos en los que se protege la igualdad de derecho de la mujer pero a la vez se le recuerda sus funciones maternales naturales, decidiendo libremente pero recomendando la lactancia materna propia como la mejor elección y como un derecho para sus hijos, culpabilizando a las que no pueden o no desean dar lactancia materna.
También plantea que los pensamientos y sentimientos de las madres captadas en las entrevistas realizadas, demuestran una falta de información y un desconocimiento de los aspectos negativos como el cansancio, el sacrificio, etc.
Se habla de una libertad de elección de la mujer respecto a la decisión de alimentar a su bebé, pero en realidad están sometidas a una insistente presión informativa por parte de los profesionales de la sanidad y de la misma sociedad, no teniéndose en cuenta situaciones especiales como los ingresos de los recién nacidos en unidades especiales o los propios problemas de la lactancia, aumentando el abandono de ésta cuando regresan del hospital a sus hogares.
Este condicionamiento nos indica el carácter cultural de los sentimientos y las prácticas de la maternidad y la lactancia.
Los autores citan un descenso significativo de la lactancia materna cuando las mujeres regresaron del hospital a sus casas, asociado a la dificultad de tomar sus propias decisiones, por otra parte el artículo cita que, los profesionales de la sanidad defienden, sin ninguna base científica, los beneficios de la lactancia materna entre los que se encuentran el aumento del coeficiente intelectual y la disminución de la mortalidad infantil.
En época de crisis la lactancia materna se presenta con menos costes, pero también compartir las tareas de la crianza es un elemento facilitador en las familias para el afrontamiento de ésta. En conclusión, las bases ideológicas e intereses sociales de cada época modifican el fomento de la lactancia por parte de instituciones sanitarias y de la sociedad.