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Jesús Castro Toro
Justificación. Cada vez se viaja más, ya sea por placer o por motivos profesionales. El aumento de la cooperación internacional también ha propiciado la aparición de viajeros de larga estancia que viven en condiciones similares a las de la población local.
Hay que tener en cuenta que los riesgos para la salud asociados a viajar son mayores para este tipo de viajeros, sobre todo si tenemos en cuenta sus condiciones físicas, tratamientos habituales crónicos o tipo de condiciones de vida durante el viaje. Especial interés hay que mostrar en niños, gestantes, ancianos, discapacitados y sobre todo los que padecen enfermedades crónicas. Por este motivo, las recomendaciones habituales para viajeros son insuficientes en estos grupos y es preciso realizar un consejo al viajero individualizado que tenga en cuenta estos factores.
Objetivo. Presentar las principales advertencias que deben realizarse en estos grupos de viajeros especiales.
Diseño. Revisión de la literatura cientifíca de las principales cuidados a tener en cuenta en viajeros especiales.
Lugar. Viajeros con enfermedades crónicas, embarazadas o niños que emprenden viajes turísticos a zonas tropicales o subtropicales.
Sujetos. La revisión hace referencia a viajeros con diabetes, pacientes con problemas respiratorios, pacientes con problemas cardiacos, viajeros con nefropatía, con VIH, niños viajeros y embarazadas.
Metodología. Revisión de la literatura científica de las principales recomendaciones a tener en cuenta en viajeros en situaciones especiales.
Resultados:
-Diabetes. En relación con la diabetes es clave cómo afectan los viajes al ajuste de insulina sobre todo en paciente tipo I y en la prevención de hipoglucemias por los ajustes horarios.
-Pacientes con problemas respiratorios. Hay que tener en cuenta la condiciones que pueden empeorar la situación basal de estos pacientes en viajes en avión, como la baja presión parcial de oxígeno, periodos amplios de vibración o turbulencias, circulación variable del aire, cambios de temperatura ambiental, baja humedad, alteración de ritmos circadianos, periodos de inmovilización postural y exposición variable a bajos valores de radiación. Especial precaución hay que tener con lo pacientes que tienen que viajar y necesitan oxígeno.
-Pacientes con problemas cardiacos. Aunque son los problemas que mayor mortalidad acarrean en los vuelos internacionales, las enfermedades cardiovasculares no siempre contraindican el viaje. Las personas que no presentan problemas con el ejercicio en su vida normal probablemente realizarán el viaje sin problemas. Sin embargo hay que tener en cuenta que los pacientes con enfermedades coronarias no controladas, como angina inestable o infarto de miocardio recientes pueden experimentar problemas debido al estrés del viaje, la sobrecarga del equipaje y los cambios climáticos. Hay que tener también en cuenta los problemas con la hipoxia relativa existente en la cabina de los aviones.
-Viajeros con nefropatía. En general son pacientes en los que es poco recomendable los viajes a países en vías de desarrollo, sobre todo los que están en tratamiento de diálisis por insuficiencia renal crónica avanzada.
-Viajeros con VIH. Sus especiales condiciones inmunológicas y las diferentes interacciones que pueden presentar sus tratamientos hacen especialmente delicado el consejo que debe de suministrarles antes de un viaje. Las personas con menos de 200 linfocitos CD4/ul no deberían viajar a países en vías de desarrollo. Deben extremar las medidas de protección generales con respecto al agua y los alimentos. Debe hacerse especial hincapié en las medidas de protección contra los mosquitos.
-El niño viajero. En los lactantes debería evitarse los viajes a zonas tropicales, ya que en este periodo de la vida es posible que el calendario vacunal no esté completo. No llevar a lactantes ni niños pequeños a zonas palúdicas, ya que los niños presentan formas más graves y con mayor mortalidad de paludismo.
-Embarazo y viajes. Los viajes no están contraindicados en un embarazo que siga una evolución normal, aunque se deben realizar recomendaciones especiales, dada la mayor gravedad que puedan tener problemas como el paludismo o la diarrea del viajero. Los viajes están desaconsejados en caso de antecedentes de aborto, embarazo ectopico o parto prematuro, incompetencia de cérvix, antecedentes o presencia de alteraciones placentarias, amenaza de aborto o hemorragia durante el embarazo actual, gestación múltiple, antecedentes de toxemia, hipertensión o diabetes en embarazos previos, primípara de 35 años o más de 15 años o menos, historia de enfermedad tromboembólica, valvulopatía cardiaca, anemia grave e hipertensión pulmonar. Los viajes en avión son seguros tanto para la madre como para el feto, excepto en el caso de anomalías placentarias o riesgo de parto prematuro. La mayoría de las compañias aéreas limitan el acceso a vuelos internacionales o de larga duración después de la semana 32-35. Durante la gestación están contraindicadas las vacunas vivas atenuadas y se han de evitar durante los 3 meses previos al embarazo.
Conclusiones: Es de prever que en los próximos años se producirá un aumento del número de viajeros con enfermedades crónicas o que viajan en situaciones especiales, estos viajeros plantean en muchas ocasiones dilemas y problemas de tratamiento a la hora de realizar un consejo adecuado a sus necesidades, artículos como este pretenden ser de ayuda en llevar a cabo un viaje de la forma más segura y satisfactoria posible.
Entidad financiera de la investigación y declaración de conflicto de interés. No se especifica entidad financiera; no existen conflictos de interés.
E- mail de correspondencia: cuca22@inicia.es Palabras clave: Salud del viajero/ Enfermedad crónica/ Cuidados de enfermería.
Comentario crítico La globalización del transporte, los intercambios comerciales y la comunicación constituyen fenómenos centrales que están condicionando el desarrollo y la evolución de la humanidad. España ha pasado, en los últimos 50 años, de ser un país aislado y origen de emigrantes, a ser un gran nudo de comunicaciones, el segundo país receptor de turistas y un creciente destino para los inmigrantes económicos.1 Todo viaje internacional conlleva que la persona tenga contacto con enfermedades distintas a las de su país de origen, enfermedades a las que puede ser susceptible en mayor o menor medida. Esta situación se puede agravar si el viajero padece alguna enfermedad crónica, es un niño, una persona mayor o si es una embarazada.2 Cuando un viajero acude a la consulta de enfermería nos encontramos con una excelente oportunidad para hacer una intervención en educación para la salud con la que mejorar su información sobre el tipo de problemas que pueden afectar a su salud durante el viaje, procurarle una protección específica y aclararle que la vacunación es sólo una de las diferentes medidas preventivas que se deben adoptar tanto antes, como durante y después del viaje, puesto que para algunas enfermedades no se dispone de vacunas, y son necesarios comportamientos preventivos específicos. Se trata de dotar al viajero de elementos suficientes para que pueda tomar decisiones que conciernen a su propia salud sobre todo si es un paciente con cuidados especiales.3 Se debe hacer una planificación cuidadosa del viaje de 6-8 semanas antes de la partida, para que le permita adquirir una inmunización correcta aceptable (mínimo entre 10-14 días) y para evitar posibles interacciones entre la profilaxis antipalúdica y algunas vacunas.4 La presente revisión crítica muestra un estudio interesante que ofrece al paciente crónico recomendaciones útiles en viajes.5 La intervención consiste en presentar las advertencias y recomendaciones que deberían tener en cuenta estos viajeros especiales.
Los resultados se recogen a modo de principales advertencias, siendo muy útiles las conclusiones que emiten al revisar la literatura científica.
Las conclusiones emitidas están clasificadas en función de las distintas enfermedades estudiadas y situaciones de riesgo en relación con los viajes. Estas son: paciente diabéticos, problemas respiratorios, problemas cardiacos, pacientes con nefropatía, pacientes con VIH, niño viajero y embarazadas.
Los resultados se pueden aplicar especialmente en aquellos pacientes que viajan al trópico y al subtrópico, sobre todo cuanto más pobres son las condiciones sociosanitarias del país de destino.
A pesar de la utilidad del artículo, no son suficientes las recomendaciones que se realizan a viajeros en situaciones especiales, por lo que es necesario seguir profundizando en el tema a fin de mejorar el consejo individualizado.
Bibliografía 1. Alonso PL. Tendencias de la salud internacional: retos y oportunidades para nuestra sociedad. Gaceta sanitaria 2003; 17: 175-178.
2. Solsona L. Prevención de enfermedades del viajero: el viajero que regresa. An. Sist. Sanit. Navar. 2006; 29(Supl. 1): 105-120.
3. Sofarelli TA, Ricks JH, Anand R, Hale DC. Standardized training in nurse model travel clinics. J Travel Med. febrero de 2011;18(1): 39-43.
4. Carroll B, Daniel A, Behrens RH. Travel health. Part 1: preparing the tropical traveller. Br J Nurs. 11 de septiembre de 2008; 17(16): 1046-51.
5. Méndez Menéndez N, Puente Puente S, Rodríguez Guardado A. Recomendaciones al viajero en situaciones especiales. Medicina clínica. 2006; 126(1): 25-33.
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