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La identificación humana por medio de la dactiloscopia, resolvió el problema que tenía el Estado por la protección de los derechos de los ciudadanos, aumentando la confianza de la sociedad para desarrollar libremente su desarrollo comercial. La delincuencia siempre busca la manera de arrebatarle lo que no le corresponde a la sociedad.
La identidad es muy vulnerable y la dactiloscopia suministra las herramientas para protegerla, permitiendo identificar a seres vivos y muertos, por su principio de permanencia, es muy importante considerar que "si vulneran nuestra identidad y nuestros derechos en vida" ¿cuánto más pueden hacer con nuestra identidad cuando fallecemos?.
Imagínese por un segundo, lo que un criminal puede hacer con las impresiones dactilares de su víctima (cadáver), si las plasma en una escritura, en un traspaso de vehículo o en un cheque. Sencillamente el más experto dactiloscopista daría por verídica la identidad del titular.
A nivel mundial, no existía una investigación científica que suministrara argumentos serios sobre las impresiones post mortem, que permitieran establecer si la impresión analizada fue plasmada antes o después de morir, es decir, si se trata de una impresión pre o post mortem, como un análisis de orientación en la investigación
