La ingesta de fructosa se ha incrementado considerablemente en los últimos años, especialmente bajo la forma de jarabe de maíz alto en fructosa, debido a su gran poder edulcorante. Diversos estudios, han asociado su elevado consumo con alteraciones metabólicas, hígado graso no alcohólico y malabsorción de fructosa, entre otras patologías. Esta revisión tiene como objetivo actualizar acerca del efecto de la alta ingesta de fructosa en el hígado e intestino, asociada principalmente a alimentos procesados con fructosa agregada. Métodos: Para la búsqueda bibliográfica se utilizaron las bases de datos de Pubmed, Scopus y Scielo, seleccionando aquellos artículos publicados después del año 2000 y resultantes de las palabras claves �fructose intake, high fructose corn syrup, nonalcoholic fatty liver and fructose, fructose malabsorption, fructose intolerance/metabolism�. Resultados: La búsqueda arrojó 735 publicaciones de las cuales 78 cumplieron con los criterios de inclusión. Conclusiones: El consumo de fructosa ha aumentado en las últimas décadas, especialmente a través de bebidas endulzadas y productos alimentarios con fructosa agregada. La alta ingesta de fructosa tiene un impacto a nivel intestinal y hepático, asociándose a patologías como hígado graso no alcohólico y malabsorción de fructosa.