Anna Lligoña
El artículo pretende provocar una reflexión acerca de la actitud del profesional frente al uso de benzodiacepinas siendo conciente de la dificultad que este tema conlleva. El cese del uso de estos fármacos acarrea dificultades importantes como son la falta de demanda explícita de tratamiento, la aparición de alteraciones a medio y largo plazo y la falta de recursos específicos. Mantener el consumo nos lleva a varias consideraciones como son la aparición de reacciones paradójicas, de síndrome de abstinencia o de aumento de dosis. Se nos plantea pues un difícil elección, que no siempre podremos resolver, pero que en todo caso debemos reflexionar.