Se aplicó un programa de prevención de la drogadicción en el medio escolar cuyo objetivo fue generar un espacio de diálogo con los adolescentes para discutir las temáticas propias de su edad, detectar el nivel de prevalencia de la problemática de las drogas y el conocimiento que poseían acerca de las mismas. La hipótesis es que este conocimiento genera pautas de acción frente al ofrecimiento de drogas. Se trabajó con estudiantes de nivel medio de dos escuelas públicas de San Luis (Argentina), utilizando un encuadre grupal según el ECRO desarrollado por Pichon-Rivière y se aplicaron otras técnicas grupales. La utilización de esta metodología permitió que los adolescentes hablaran desde su experiencia personal y surgieran dudas, confusiones y preguntas acerca de las drogas. La coordinación intervino brindando información y aclarando confusiones, contribuyendo a que los adolescentes pudieran construir un modelo para operar en la vida cotidiana donde están las drogas y los riesgos.