Uno de los problemas con que se enfrenta la práctica de la medicina ocupacional y especialmente los que se presentan al médico del trabajo es el que se refiere a la salud de los trabajadores en del campo sanitario, con la finalidad de determinar la aptitud de estos para su trabajo asistencial cuando son portadores del virus de la hepatitis B o C. Es claro que es factible la transmisión del virus desde el personal asistencial a los pacientes. Sobre la base de los estudios descriptivos efectuados en ocho casos de personal asistencial portadores de los virus B o C atendidos por el departamento de enfermedades profesionales del Hospital Cochin de París, Yana-Victor y cols (1998) intentan establecer un protocolo para ayudar a los especialistas en medicina laboral en la toma de decisiones. De estos ocho casos cuatro tenían el virus B y estaban asintomáticos, uno tenía una hepatitis crónica activa y tres eran portadores del virus C. Ninguno de ellos se había planteado una posible falta de capacidad para el trabajo, pero se les había advertido y aconsejado sobre las medidas de higiene que deberían seguir. Las decisiones que deben tomarse en estos casos incluyen varias características médicas y socio- profesionales. Entre estas características hay dos que parecen ser las más importantes. La primera es el nivel de genoma vírico en el suero, del que depende el grado de infectividad y la segunda las características exactas de su trabajo.