J.A. Martínez
Esta investigación muestra que no existe ningún efecto psicológico que haga que un jugador de baloncesto rinda de manera distinta a la esperada por su rendimiento mediano tras realizar un partido extraordinario, tanto bueno como malo. Estos resultados cuestionan la popular creencia sobre los efectos contraste y tendencia, por los cuales un jugador adquiere un nivel de motivación particular que le hace rendir de manera diferente tras realizar un partido muy bueno o muy malo. Para llegar a esta conclusión, se han analizado datos de jugadores de tres temporadas en la NBA, sobre las variables puntos y winscore, normalizadas ambas por minuto, realizando diferentes análisis usando los percentiles de la distribución. Además, se ha planteando un modelo de regresión que muestra las variables clave que explican la variación en el rendimiento.
This research shows that there is no psychological effect influencing player performance after achieving an extraordinary game. Players perform as expected by their median performance after a very good or a very bad game.
These results question the popular wisdom regarding the contrast and trend effects, i.e. when, after a very bad or very good game, players are motivated to perform in a particular way in the following match. To reach this conclusion, a data base of three NBA seasons was analyzed, considering points per minute and winscore per minute as the proxy variables for measuring performance. After a percentile analysis, several regression models were run to identify the key variables explaining the change in the performance of players.