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Elena Melús Palazón 
, Cruz Bartolomé Moreno, Juan Carlos Palacín Arbués
¿Qué es más lógico y eficiente? ¿Rescatar penosamente y de una en una a las víctimas que caen en aguas turbulentas o detener al monstruo que las está arrojando por centenares río arriba?"1. Permítannos comenzar este editorial parafraseando a los autores que terminaron con estas palabras el suyo, a propósito de tabaco y cáncer de pulmón (CP). Si hay un cribado controvertido y en el que se deba hacer referencia a Muir Grey2 es el del CP: "Todos los programas de cribado producen daños; solo algunos también aportan beneficios, y de estos, muy pocos lo hacen a un precio razonable". Estos aforismos adquieren aún más relevancia en este caso. El CP es la primera causa de mortalidad por cáncer en el ámbito mundial3. En España, en las últimas décadas, la incidencia en mujeres está aumentando4. A pesar de ser en la mujer la tercera causa de muerte por cáncer, su tendencia hace presagiar que podría llegar a ocupar el primer lugar, como ocurrió en Estados Unidos. Es altamente letal (supervivencia a los 5 años: 11%). El consumo de tabaco es el agente causal en el 90% de los casos. La eficacia de la lucha contra el hábito tabáquico en diversos países se ha traducido en una disminución de la incidencia y la mortalidad (al menos en los varones), pero el riesgo no declina hasta trascurridos años del cese3. Dejar de fumar es la estrategia más efectiva para reducir la mortalidad por CP. La secular controversia...
