El médico de familia se encuentra con cierta frecuencia ante un cuadro febril prolongado. Para aclarar su etiología, debe actuar de forma sistemática empezando con una anamnesis cuidadosa y una adecuada exploración física. El profesional debe conocer las causas más frecuentes de fiebre prolongada y los elementos fundamentales de la orientación de cada caso, así como los límites de la atención primaria, cuando una vez realizados los pasos pertinentes, no se llega a un diagnóstico definitivo.