Según la OMS, las enfermedades crónicas son aquellas enfermedades de larga duración y por lo general de evolución lenta y cuyo fin o curación no puede proveerse o no ocurrirá nunca.
Las enfermedades crónicas pueden afectar a cualquier grupo de edad. A los centros educativos acuden niños con diversas patologías crónicas donde la enfermera debe atender las necesidades propias que se derivan, consiguiéndose así una escolarización lo más normalizada posible y una considerable mejoría en su calidad de vida.
Las enfermedades crónicas inciden también de un modo importante sobre los aspectos emocionales de los escolares que las padecen y de sus familiares. Debido a que la presencia de la enfermera escolar no está extendida a todos los centros escolares, estos niños no reciben en su centro educativo los cuidados necesarios, aumentando por tanto el absentismo escolar y el sentimiento de estar en clara desventaja frente al resto de sus compañeros.
El presente artículo, que aborda la actuación de la enfermera escolar frente a los procesos crónicos, es el sexto, en una serie de nueve, que persigue dar a conocer este perfil enfermero emergente