Raúl Albornoz López, Icíar Pérez Rodrigo
El síndrome metabólico está formado por un con- junto de anormalidades metabólicas que aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes melli- tus tipo 2. La etiología exacta no está clara, aunque se conoce que existe una compleja interacción entre fac- tores genéticos, metabólicos y ambientales. Entre los factores ambientales, los hábitos dietéticos juegan un papel muy importante en el tratamiento y prevención de esta condición. Las recomendaciones generales clá- sicas incluyen el control de la obesidad, aumento de la actividad física, disminución de ingesta de grasas satu- radas, trans y colesterol, reducción en la ingesta de azúcares simples y aumento en la ingesta de frutas y vegetales. Se ha estudiado la influencia de dietas ba- jas en hidratos de carbono, dietas ricas en ácidos gra- sos poliinsaturados y monoinsaturados, la ingesta de fibra, la dieta mediterránea y el índice glucémico en re- lación al síndrome metabólico. Otros nutrientes estu- diados recientemente han sido micronutrientes (mag- nesio y calcio entre otros), soja y otras sustancias fitoquímicas. La evidencia sugiere que una dieta salu- dable como la dieta mediterránea, protege frente al síndrome metabólico, incluyendo ésta bajo contenido en grasa saturada y trans, alto en ácidos grasos mo- noinsaturados y poliinsaturados, ingesta balanceada de hidratos de carbono y alto contenido en fibra, fru- tas y vegetales. Existe mayor controversia en cuanto al tipo de dieta de elección para el control del síndrome metabólico (dietas bajas en carbohidratos o bajas en grasa), necesitándose más estudios acerca del papel de la soja y otros compuestos fitoquímicos