Rodríguez Beltrán Beltrán
Cuando decidí apostar por la enfermería, no sabía que su alma es el cuidar. Poco a poco descubrí un mundo impresionante de mil sabores, dulces, amargos... y me fui quedando con sus esencias.
Pero cuando nació mi hija, que se adelantó al parto y fue prematura todo cambió. Mi marido y yo jamás nos imaginamos que nos marcaría más de una década de nuestras vidas. Durante este tiempo hemos tenido no sólo mucho trabajo sino demasiadas incertidumbres. Con todo, al final del camino han sido muchas las satisfacciones y alegrías en esta experiencia tan intensamente compartida y al mirarla nos sentimos los padres más afortunados del mundo. Esta narrativa pretende ser un aliento para aquellos padres que, como nosotros, tuvieron un bebé prematuro y también un llamamiento para los profesionales de la salud que apoyan a estas familias, sin los cuales la soledad está asegurada.
When I decided to go for nursing, did not know his soul is caring. Gradually I discovered an amazing world of a thousand flavors, sweet, bitter... and I was staying with their essences.
But when my daughter was born, which was advanced to premature birth and everything changed. My husband and I we ever imagined we would mark more than a decade of our lives. During this time we had not only hard work but too many uncertainties. But down the road have been many satisfactions and joys shared this experience so intensely and we are looking at the luckiest parents in the world. This narrative is intended as an encouragement to those parents who like us had a premature baby and called for health professionals who support these families, without whom solitude is assured.