Objetivo: explorar si el comportamiento dinámico del torrente venoso es adecuado, siendo la prioridad el reflujo venoso, tras realizar repetidas extracciones de sangre en el marco de un ensayo clínico, a fin de poder realizar una extracción que se considere limpia y de calidad para las determinaciones posteriores.
Método: la población estuvo constituida por pacientes con cáncer de ovario, glioblastoma cerebral y cáncer de mama localmente avanzado, con tratamiento en el marco de ensayos clínicos Fase I, donde el sistema venoso periférico no está previamente tratado ni dañado. Se estudiaron 83 puntos de extracción, dentro de las primeras 24 horas de la colocación del catéter, eliminando del estudio el primer punto de punción, donde no hay conservación previa.
Resultados: en relación a la facilidad para el reflujo, la vía heparinizada refluye fácilmente en un 82,9% de los casos, con dificultad en un 14,6% y no refluye en un 2,4% de los casos. En las vías salinizadas, refluye fácilmente en un 39,5% de los casos, con dificultad en un 55,8% y no refluye en un 4,7%. Referente a la calidad de la muestra extraída, medida a través de la hemólisis de la misma, en las vías mantenidas con suero heparinizado, se observa que las muestras se hemolizan en un 19,5% de los casos, y en las vías mantenidas con suero salino las muestras se hemolizan en un 39,5%.
Conclusiones: la heparina sódica a baja concentración (20 UI/ml) en comparación con suero salino, disminuye los problemas asociados al reflujo del catéter, incrementando el número de catéteres periféricos que refluyen sin dificultad a la vez que disminuye el grado de hemólisis de la muestra, si bien hay que tener en cuenta que las vías no permanecen en las mismas condiciones que al principio pasadas las primeras horas de su canalización aunque se mantienen un período muy corto de tiempo, máximo 24 horas.