Varón de 75 años con antecedentes de hipertensión, cardiopatía isquémica, fibrilación auricular permanente, insuficiencia renal crónica y leucemia mielomonocítica crónica, que presenta un cuadro de disnea y tos con expectoración herrumbrosa. Se realiza una radiografía de tórax, objetivándose un infiltrado alveolar bilateral, motivo por el que se le deriva a urgencias, ingresando en el servicio de medicina interna. El paciente evoluciona de forma favorable con el tratamiento antibiótico. El décimo tercer día de ingreso, el paciente presenta unas lesiones dolorosas en la cavidad oral, hasta ese momento no manifiestas, que afectan a la lengua, el paladar blando, la mucosa oral y los labios. Las lesiones son nodulares, con tendencia a la formación de placas, induradas y con áreas parcheadas de color violáceo, blanquecino y hemorrágico (figs. 1 y 2). Se palpan adenopatías laterocervicales. Ante este cuadro clínico, considerando los antecedentes personales del paciente, sobre todo la inmunodepresión, se pensó como diagnóstico diferencial en una candidiasis orofaríngea, en una lesión cancerosa o en una gingivoestomatitis herpética. Las candidiasis cutaneomucosas constituyen un grupo de cuadros clínicos debidos a la infección de la piel y/o las mucosas por levaduras pertenecientes al género Candida. En el inmunodeprimido, las cándidas pueden producir infecciones graves como sepsis, endocarditis, uveítis o meningitis. La especie implicada con mayor frecuencia es la Candida albicans1. Las candidiasis de la mucosa oral pueden tener distintas manifestaciones: Figura 1. Lesiones nodulares en la lengua, con tendencia a la formación de placas, induradas y con áreas parcheadas de color...