Maribel Gràcia Vilas, Laura Montero García, Aurelia Juárez Alarcón
Varón de 32 años de edad, con antecedentes de hipercolesterolemia en tratamiento con dieta, que consultó por tumefacción difusa y artralgias en los antebrazos, los brazos y las piernas. Los síntomas se habían iniciado de forma rápidamente progresiva en el último mes. Así mismo, explicaba parestesias nocturnas en las manos con limitación significativa de la movilidad. No refería la ingesta de fármacos, solamente tomaba un complemento nutricional. Existía un antecedente de artritis reumatoide en un hermano. En la exploración física, destacaba una induración cutánea difusa de las cuatro extremidades. La piel tenía un aspecto edematoso y abollonado, sin eritema superficial, que respetaba la cara. No se observaron signos de artritis. En las pruebas de laboratorio se objetivaron: proteína C reactiva 16,3 mg/l, velocidad de sedimentación globular 10. Los anticuerpos anticuleares y el factor reumatoide fueron negativos, y sin alteración de la creatinina quinasa (muscular). En el proteinograma no se observaron bandas. El resto de las determinaciones, incluida la serología frente a Borrelia burgdorferi (B. burgdorferi), resultaron normales. Como pruebas complementarias se realizaron una radiografía de tórax, pies y manos, un electrocardiograma y una gammagrafía ósea, que fueron normales. Se realizó un electromiograma, destacando un síndrome del túnel carpiano izquierdo de grado severo, y una resonancia magnética nuclear (fig. 1), donde se aprecian signos de fascitis superficial y profunda sin signos de fascitis necrotizante ni afectacion de grupos musculares. La biopsia, que incluía piel y músculo, evidenció abundantes bandas de colágeno e infiltrado inflamatorio con eosinófilos...