Tanto las guías, como las indicaciones del Grupo de Gestión de Calidad de la Sociedad Española de Nefrología nos proponen una serie de indicadores para medir la calidad de la prestación de la hemodiálisis.
El objetivo del presente estudio fué, tras conocer cuales son los principales indicadores de una diálisis óptima para el personal de enfermería, evaluar objetivamente cada sesión de diálisis, en el convencimiento de que del conocimiento de los aciertos/fallos de cada sesión, obtendríamos propuestas de mejora de una forma más precoz que con los indicadores comúnmente utilizados.
Para ello, se realizó una encuesta entre el personal de enfermería (n=26) solicitándole que enumerara los 10 parámetros que le parecían fundamentales para una sesión de diálisis óptima. Los 10 ítems más nombrados se utilizaron para elaborar la hoja de recogida de datos, con respuestas si/no.
En cada paciente (n=160) se analizaron 3 sesiones consecutivas (n=480 sesiones), con la misma pauta de tratamiento.
El enfermero que realiza las sesiones desconoce que sesiones se van a evaluar, así como la identidad de un segundo enfermero evaluador, que será el encargado de marcar si/no en cada uno de los ítems. Por cada objetivo conseguido se otorga 1 punto. La puntuación máxima por cada paciente es de 30 puntos (10 por sesión), excepto en los portadores de catéter tunelizado, en los que es de 27 puntos (9 por sesión), al no ser procedente valorar la hemostasia.
Hemos obtenido como resultado que el 41,3% de las sesiones realizadas obtuvieron la máxima puntuación (42,1% con Fístula arteriovenosa y 35,1% con catéter tunelizado, p=0,043). La puntuación porcentual obtenida fue 88,7 ± 11,9%, porcentaje significativamente mayor con FAV que con catéter (89,9 ± 9,9 versus 79,7 ± 19,4, p<0,001). No se aprecian diferencias por sexo, edad, etiología o permanencia.
30 pacientes (18,8%) obtienen la puntuación máxima en las tres sesiones. El 77,7% de los pacientes (124) obtiene una puntuación superior al 85%, y el 87,1% de los pacientes mayor del 80%.
Apenas en el 42,5% de los pacientes en las 3 sesiones se produce una completa recuperación del circuito limpia (60,5% de las sesiones). Presentan síntomas durante la diálisis en al menos una sesión 50 pacientes (31,2%), aunque solo el 15,2% de las sesiones son sintomáticas, lo que implica que existe una agrupación de síntomas en los mismos pacientes.
Todos los demás ítems se encuentran por encima del 90% de las sesiones, destacando el cumplimiento del Kt en un 96,3% y del volumen de reinfusión en el 92,7%, probablemente porque en el 92% de los casos se alcanza un flujo de sangre óptimo, y el tiempo prescrito se cumple en el 95% de las sesiones.
Por tanto, podemos concluir que la valoración objetiva en cada sesión de diálisis, en la intención de optimizarla, nos proporciona una valiosa información en tiempo real, y por tanto nos ofrece reafirmación en aquello que realizamos correctamente, y oportunidades de mejora en los aspectos que ejecutamos de forma más deficiente. La implicación de la enfermería nefrológica en este ciclo de mejora redundará de forma positiva en los clásicos indicadores de calidad que se miden de forma periódica, adelantando la solución antes de que se comunique el problema.