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Nuria Carnero Naharro, Feliciana Agustín Cembellín, Diana Mercedes Pía
Mujer de 48 años, sin antecedentes personales de interés, que acude a consulta por traumatismo reciente en antebrazo derecho. En la exploración, a la inspección no se observan signos de inflamación ni de hematoma en la zona. Presenta una cicatriz lineal de 7 cm en la región cubital del antebrazo derecho. A la palpación, se halla hiperestesia intensa localizada en la región radial de dicho antebrazo. No presenta limitación de la pronación ni de la supinación. Se realizan radiografías en proyección anteroposterior (fig. 1) y lateral (fig. 2), observándose: una imagen de calcificación de partes blandas sin lesiones óseas agudas. Ante este hallazgo radiológico, se reinterroga a la paciente, que comenta que, a la edad de 13 años, fue intervenida de un lipoma situado en la zona mencio nada. Figura 1. Proyección anteroposterior. Figura 2. Proyección lateral. Comentario En las radiografías, los tejidos blandos presentan como aspecto normal: � La dermis se presenta con densidad agua. � El tejido subcutáneo aparece con densidad grasa (menor que la densidad agua). � El músculo aparece con densidad agua, pero los planos intramusculares son visibles con densidad grasa1. Esta morfología normal se puede ver alterada por la aparición de calcificación u osificación de tejidos blandos1,2. Estos dos términos deben diferenciarse; mientras la calcificación es el depósito en tejidos de sales de calcio amorfas e insolubles, por osificación se entiende el depósito de calcio y fósforo sobre una matriz...
