Marta del Cerro Heredero, Sonsoles Rojo Sánchez, Inés Gonzalo González
En 1913, Lipschütz describió la aparición súbita de úlceras genitales dolorosas, junto con fiebre y linfadenopatías, en niñas y adolescentes vírgenes, en las que se descartaba la etiología venérea y otras causas habituales de ulceraciones no venéreas1. Presentamos un nuevo caso clínicamente compatible con el diagnóstico de úlcera vulvar aguda de Lipschütz y repasamos brevemente algunos de los últimos avances en su etiología. Niña de 11 años, sin antecedentes de interés, que acudió a urgencias por presentar una lesión dolorosa de 5 días de evolución en el labio mayor izquierdo. Se había iniciado como una pústula, con una rápida evolución a la formación de una úlcera. Dos días antes había comenzado con fiebre (38 °C) y odinofagia que se trató con ibuprofeno. Negaba ningún tipo de relación sexual hasta la fecha. Presentaba una úlcera única, ovalada, de aproximadamente 1 cm, cubierta por un material fibrinoide, con un halo intensamente eritematoso y muy dolorosa a la exploración (fig. 1). Se palpaban dos adenopatías inguinales izquierdas. Figura 1. Úlcera única con borde intensamente eritematoso y centro de aspecto fibrinoide en labio mayor izquierdo. En el cultivo del exudado se aisló flora saprofita normal y las serologías para sífilis y herpes simple fueron negativas. Se instauró tratamiento con corticoides y ácido fusídico tópicos, con lo que el dolor cedió a los 4 días. A las 3 semanas la lesión había reepitelizado y las adenopatías habían desaparecido. La paciente se ha mantenido asintomática, sin recidivas,...