Antecedentes: La población anciana esta considerada como un colectivo vulnerable a sufrir problemas nutricionales.
Entre estos, los ancianos hospitalizados tienen aun un mayor riesgo a sufrir malnutrición.
Objetivos: Los objetivos de este estudio fueron comparar el grado de correlación entre dos índices de cribaje nutricional, el Mini Nutritional Assessment (MNA) y el Geriatric Nutritional Risk Index (GNRI) con los parámetros antropométricos, bioquímicos, el índice de Barthel y ciertas patologías relacionadas con el estado nutricional (infecciones y úlceras por presión).
Metodología: Se llevó a cabo un estudio transversal en una muestra de 40 pacientes hospitalizados en una unidad geriátrica de agudos. Para la determinación del estado nutricional se usaron los índices del MNA y el GNRI. Se evaluó la correlación entre los parámetros bioquímicos, antropométricos, parámetros funcionales y problemas nutricionales relacionados con la malnutrición (úlceras por presión y infecciones). Para el modelo de correlación, se utilizó el grado de correlación de Pearson;
para estudiar la relación entre los índices nutricionales (MNA y GNRI) y los diferentes parámetros se utilizó un análisis de la variancia y un modelo de regresión logística.
Resultados: De acuerdo con el MNA, 17 pacientes (42,5%) estaban desnutridos y de acuerdo con GNRI, 13 pacientes (32,5%) tenían alto riesgo de complicaciones nutricionales. La concordancia de la MNA y la GNRI fue del 39% y entre MNA-SF y MNA fue de 81%. Las diferencias más significativas se detectaron en el peso, el IMC, el brazo y circunferencia de la pantorrilla y los parámetros de pérdida de peso. El MNA y GRNI mostró correlaciones significativas con la albúmina, proteínas totales, la transferencia, la circunferencia del brazo y de la pantorrilla, con el % de pérdida de peso y el índice de masa corporal (IMC). Los pacientes malnutridos según el MNA y los pacientes con riesgo elevado según el GNRI tenían mayor riesgo de sufrir úlceras por presión.
Conclusiones: en conclusión, sería razonable utilizar el GNRI en los casos en que el MNA no fuera aplicable, o incluso utilizar GNRI como complemento al MNA en pacientes ancianos hospitalizados. No hay ninguna razón por la cual se deban considerar incompatibles, y los pacientes podrían beneficiarse de una intervención nutricional más efectiva.