Mª Concepción García Viana, Silvia Moral Sánchez, Raquel Rodríguez Marcos, Teresa Lope Andrea, Natalia Ridao Cano
Hoy en día es indiscutible que el trasplante renal es el tratamiento sustitutivo de elección para pacientes con enfermedad renal crónica. En nuestro hospital realizamos fundamentalmente dos tipos de trasplante renal, el clásico donante en muerte cerebral y el donante en asistolia. El objetivo de nuestro estudio fue evaluar si existían diferencias en las cargas de trabajo del personal de enfermería dependiendo de un tipo de trasplante u otro.
Se trata de un estudio transversal con 73 pacientes que recibieron un trasplante renal durante el año 2010, 18 procedentes de donante en muerte cerebral y 55 en asistolia. Los trasplante renales de donante en asistolia presentaron mayor incidencia de fallo primario del injerto (15% vs 1,4%) así como mayor retraso de la función renal (18 días vs 0 días). Debido a esto, nuestra labor asistencial se vio incrementada en este tipo de trasplante por precisar un mayor número de biopsias renales que implican unos cuidados de preparación y de vigilancia de sus complicaciones, la necesidad de más sesiones de hemodiálisis y la administración de un mayor número de dosis de timoglobulina. No se objetivaron diferencias significativas en la incidencia de infecciones entre ambos tipo de trasplante, así como en la estancia media hospitalaria, aunque esto último podría estar influido por el tamaño de la muestra.
A pesar de las complicaciones mencionadas, la función renal a medio plazo de ambos tipos de trasplante fue similar, lo que alienta la utilización de los donantes en asistolia.