Ana Yolanda Gómez Gutiérrez
Existe cierta dificultad en caminar por zonas pantanosas. Cuando además sus orillas están llenas de cocodrilos se complica el asunto Esta situación tiene ciertas similitudes con el desarrollo de la profesión Enfermera y de las profesiones sanitarias en este ámbito social incierto y en la tormenta emocional y social que se abate sobre nuestra sociedad. La Enfermería Nefrológica no puede permanecer ajena a ello y sin embargo resulta necesario encontrar un espacio sereno que permita la reflexión y el desarrollo de la excelencia de los cuidados que ha costado tiempo, ilusión, conocimiento y esperanza conseguir. Cuando aumenta la presión asistencial, los recortes de personal, disminuyen los presupuestos para formación y se ignoran los avances científicos, la inercia puede llevarnos a mirar hacia otro lado. Y buscar algún culpable. O mejor, alguien que venga y lo arregle. Hay otras opciones. Se me ocurre mirarme al espejo. Y preguntarme, como el estratega, que puedo hacer yo. Qué puedo hacer para no instalarme en la queja, en la resignación, en la desesperanza. Y como Enfermera, reivindico nuestro derecho a ilusionarnos, a atrevernos, a persistir, a ser osadas y prudentes, a venir a trabajar con pasión y con ganas, hoy y todas las mañanas, solo porque así lo decidimos.