La pérdida de peso y la desnutrición es frecuente en pacientes oncológicos, siendo ambas origen de complicaciones durante el transcurso de la enfermedad. Aunque la reducción de peso se debe predominantemente a la pérdida de masa grasa, el riesgo morbimortalidad está dado por la disminución de masa muscular.
Las causas de desnutrición son múltiples, sin embargo la caquexia tumoral y la anorexia son las principales.
La evaluación del estado nutricional es fundamental para un diagnóstico del compromiso nutricional y para el manejo multidisciplinario que se requiere.
La evaluación global subjetiva combina antecedentes clínicos con el examen físico para catalogar a los pacientes como bien nutridos, moderada o severamente desnutridos.
La evaluación global subjetiva generada por el paciente incluye además síntomas nutricionales y pérdida de peso. Ambos instrumentos pueden servir como indicadores de sobrevida.
En la evaluación objetiva, una baja de peso significativa (> 10%) durante 6 meses se considera indicador de déficit nutricional. El IMC por su parte no ha demostrado ser buen indicador de desnutrición. La albúmina y la prealbúmina, aunque de uso corriente, deben ser empleadas con precaución. Éstas son proteínas de fase aguda, situación que alteraría especificidad para el diagnóstico de desnutrición proteica visceral. La bioimpedanciometria, además de determinar composición corporal, se ha relacionado con tiempo de supervivencia y mortalidad.
Aunque hay diversos métodos, no existe un �Gold Estándar�. Los instrumentos para la evaluacion nutricional deben ser escogidos según la condición del paciente