Las nuevas directrices de las sociedades nacionales e internacionales publicadas en estos últimos años para la prevención de la endocarditis infecciosa no defienden el uso indiscriminado de la profilaxis antibiótica ante procedimientos dentales. Sin embargo, en algunas de ellas aún se recomienda el uso de profilaxis previa en pacientes con alto riesgo que vayan a someterse a tratamientos dentales que conlleven un sangrado.
Teniendo en cuenta la alta prevalencia de la bacteriemia de origen dental debida a actividades como el cepillado dental o la masticación, parece improbable que se puedan controlar completamente las endocarditis infecciosas producidas por microorganismos de origen oral. En individuos sanos, se debe mantener una buena salud oral y una correcta higiene, y esto será suficiente para poder controlar las consecuencias de los microorganismos orales. En pacientes susceptibles o médicamente comprometidos serán necesarias otras medidas para el control de estas bacterias. Esta revisión repasa los conceptos de la bacteriemia de origen oral y la profilaxis antibiótica para pacientes que van a ser sometidos a tratamiento dental