Miguel León Sanz
Un objetivo fundamental del soporte nutricional es proporcionar los requerimientos energéticos necesarios para mantener los procesos metabólicos, mantenimiento de la temperatura corporal y reparación tisular. Los comienzos de la Nutrición Artificial se caracterizaron por un elevado aporte calórico. La asimilación de conceptos fisiológicos, datos de investigación clínica y de experiencia práctica condujeron a una progresiva reducción de este aporte. Durante la década de los 90 en el siglo XX se propuso el concepto de desnutrición permitida. Desde entonces se ha originado una polémica entre partidarios de reducir inicialmente la energía al enfermo crítico y defensores de administrar completamente las necesidades calóricas estimadas. Esta controversia se ha extendido a guías de práctica clínica, observándose un claro disenso transatlántico entre las recomendaciones de ASPEN y ESPEN. En el futuro vernos la publicación de nuevos estudios que puedan definir mejor la evidencia en la que basar la recomendación del aporte calórico. También habrá que aumentar los conocimientos sobre el aporte calórico óptimo en el paciente no crítico que precisa nutrición artificial. Será deseable que los nuevos conceptos que surjan se empleen con rapidez en el diseño de las fórmulas nutricionales producidas por la industria farmacéutica. Por último, es importante animar a mantener una activa participación en actividades de formación continuada en Nutrición para conseguir una rápida incorporación de los nuevos conceptos que vayan surgiendo en la práctica clínica diaria