Introducción El objetivo de esta investigación ha sido analizar si la actividad es un factor protector del declive intelectual y, concretamente, examinar si la actividad intelectual, respecto de otro tipo de actividades, es un predictor del mantenimiento del funcionamiento cognitivo en un grupo de personas mayores de 90 años, independientes en las actividades básicas de la vida diaria y que tienen preservada su capacidad cognitiva.
Material y métodos Esta muestra fue seleccionada para el estudio biopsicosocial sobre personas independientes de 90 años y más. Se trata de un estudio longitudinal en el que participaron 188 personas, 67 varones y 121 mujeres. Se tomaron medidas del funcionamiento cognitivo y del nivel de actividad y se volvieron a repetir pasados entre 6 y 14 meses; se realizaron análisis inferenciales en la línea base y en el seguimiento.
Resultados En la línea base encontramos una fuerte asociación entre el nivel de actividad y el funcionamiento cognitivo. Y más aún, la realización de actividades intelectuales en la línea base predice un mejor funcionamiento cognitivo en el seguimiento. La realización de actividades intelectuales y el mantenimiento del funcionamiento cognitivo son dos entidades que, en ausencia de deterioro cognitivo, se dan asociadas en ancianos muy mayores.
Conclusiones Estos resultados tienen implicaciones importantes para la comunidad científica a la hora de encontrar índices predictivos y estrategias preventivas, pero también para el individuo al encontrar factores de cambio personal sobre los que poder actuar paliando problemas asociados a la edad.