Resumen Soy enfermera, pero, ante todo, madre de un niño con Síndrome 18q-, uno de esos síndromes genéticos que tan poca información se tiene sobre ellos debido a los pocos casos que se presentan.
Como profesional de la salud, me creo en el deber de narrar todo el camino que nos llevó a diagnosticar su síndrome y hasta dónde ha llegado su evolución.
Para mí, no ha sido un caso más. Ha sido mi hijo, un precioso bebé rubio y rollizo que lloraba de forma especial.
Ante esta vivencia, me pregunto: ¿Tenemos los profesionales otra visión del paciente y de la enfermedad cuando nos toca a nosotros? ¿Hasta dónde llega nuestra empatía con el paciente? No sólo debemos reflexionar sobre nuestra segunda piel o coraza profesional, que irremediablemente poseemos al tratar con el dolor, sino también debemos aprender a ponernos en el otro lado, en el lado del paciente Palabras clave: Empatía/ Cromosoma 18/ Instinto/ Investigación cualitativa.