Lorena López Castañón, Beatriz Cordero de las Heras, José Ramón Castillón Fantova
Los principales problemas de salud de los países desarrollados incluyen la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares. Hay una correlación directa entre la elevada ingesta de sal en la dieta y la aparición de dichas enfermedades.
El objetivo del estudio es identificar el nivel de información que tienen nuestros pacientes acerca del contenido en sal de los alimentos y su repercusión sobre la salud.
Es un estudio observacional descriptivo transversal multicéntrico, siendo el ámbito de aplicación los Centros de Salud de Casa de Campo y de Moralzarzal pertenecientes al el Distrito Noroeste de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid. La población a estudio está formada por los pacientes que acudieron a nuestros respectivos Centros de Salud (Casa de Campo y Moralzarzal) durante los periodos previamente establecidos para la recogida de datos e información.
La obtención y registro de los datos se efectuó durante los meses de Noviembre y Diciembre de 2009 mediante encuesta autoadministrada y anónima, sobre conocimientos dietéticos, patológicos y estilos de vida.
La encuesta se basaba en preguntas dicotómicas (sí/no) sobre 23 alimentos con diferente contenido en sal, sobre condimentos y salsas para sustituir la sal en la cocina, sobre consumo de alimentos envasados, sobre la lectura de etiquetados y sobre la relación de la sal con la HTA y de la HTA en la salud. Las variables (cualitativas independientes) se analizaron con un test paramétrico (t de Student). Establecimos las relaciones entre la puntuación media de aciertos según grupos diferenciados por sexo y edad, dando un valor de 1 a la respuesta correcta y de 0 a la incorrecta. La potencia escogida para el test fue del 80% y el nivel de significación p<0,05. El análisis estadístico se efectuó con el programa SPSS.17.
Los alimentos ricos en sal son mejor identificados por la población entre 30 a 60 años de edad que los mayores de 60 y menores de 30. Existe un desconocimiento general para sustituir la sal en la cocina en los tres grupos de edad estudiados. Los alimentos �sal oculta� están muy mal identificados. Los hombres relacionan mejor la HTA con el Ictus y las mujeres con el IAM. La asociación de la HTA con las patologías renales y cerebrovasculares es muy baja.
Como conclusión podemos decir que la identificación de los alimentos con elevado contenido en sal, en particular los alimentos con �sal oculta�, es muy deficiente.
Podemos mejorar el control de la HTA y sus consecuencias si mejoramos los conocimientos de nuestros pacientes sobre la alimentación saludable.