Assumpta Ferrer Feliu, Teresa Badia, Francesc Formiga Pérez, Jesús Almeda Ortega, Coral Fernández, Ramon Pujol Farriols
Objetivo Evaluar diferencias del estado de salud según género de personas de 85 años en la comunidad.
Diseño Estudio descriptivo transversal multicéntrico, en el marco de ensayo clínico aleatorio de caídas y malnutrición.
Emplazamiento Siete centros de Atención Primaria.
Participantes personas de 85 años no institucionalizadas.
Metodología Se recogieron datos sociodemográficos, factores de riesgo cardiovascular, índice Barthel (IB), miniexamen cognitivo Lobo (MEC); caídas, estado nutricional con Mini-Nutritional Assessment (MNA), comorbilidad según índice Charlson, riesgo social según Escala Gijón, calidad de vida mediante Escala Visual Analógica (EQ-EVA) de salud percibida y fármacos.
Resultados De 328 habitantes, 61,6% eran mujeres, 53% viudos y un tercio vivían solos. Se recogieron antecedentes de hipertensión arterial 76%, dislipemia 51,2% y diabetes mellitus 17,4%. La mediana IB fue 95 (rango: 0-100), del MEC 28 (0-35), índice Charlson 1 (0-7), MNA 25 (10-30), Escala de Gijón 10 (5-21), y del EQ-EVA 60 (0-100); la media fármacos 6,1±3,3. Las mujeres vivían solas más frecuentemente (p<0,001), presentaron más caídas (p<0,006), mayor riesgo nutricional (p<0,016) y riesgo social (p<0,001); existían más hombres casados (p<0,001), con mejor cognición (p<0,003) y funcionalidad (p<0,018), y mayor comorbilidad (p<0,001).
Conclusiones Ser hombre a los 85 años se asocia a estar casado, tener mejor funcionalidad y cognición, y mayor comorbilidad, mientras que ser mujer se asocia a vivir sola, con mayor índice de caídas, de riesgo nutricional y de riesgo social, lo que debería tenerse en cuenta para contribuir a que estas personas más mayores puedan mantener su espacio en la comunidad.