Las radiografías (Rx) de tórax se realizan con un kilovoltaje moderadamente alto (120-140 kVp), consiguiendo una adecuada penetración de los tejidos, lo que permite obtener una resolución óptima de las partes blandas. Del mismo modo, cuando se desea visualizar estructuras óseas se emplea un kilovoltaje inferior (60 kvp) con el propósito de resaltar la densidad de calcio y detectar posibles alteraciones en el hueso. Presentamos el caso de una mujer de 42 años, fumadora de 30 paquetes/año desde hacía 20 años, que consultó por dolor intenso e impotencia funcional tras sufrir un traumatismo en el hombro izquierdo. En la Rx anteroposterior del mismo, realizada con bajo kilovoltaje, se visualizaron una luxación anterior del hombro izquierdo y el hallazgo de múltiples calcificaciones en el hemitórax pulmonar izquierdo (fig. 1). Tras reducir la luxación, se practicó Rx de control y una nueva del tórax en proyección posteroanterior, esta vez empleando un alto kilovoltaje, para diferenciar las calcificaciones. En esta ocasión, se distinguían de una forma más atenuada múltiples microcalcificaciones en todo el parénquima pulmonar (fig. 2). Tras nueva anamnesis, intentando encontrar una explicación de este hallazgo, la paciente refirió haber sufrido varicela hacía 10 años, sin aparentes complicaciones, lo que justificaba la presencia de una secuela por neumonía varicelosa. Figura 1. Rx anteroposterior de hombro izquierdo con bajo voltaje (60 kVp) con luxación anterior de hombro y microcalcificaciones difusas en hemitórax izquierdo. Figura 2. Rx posteroanterior de tórax con alto voltaje (125 kVp) con...