El agua no es nuestro entorno habitual. Partiendo de esta premisa, hemos comprobado en los últimos años una mayor tendencia hacia la práctica de actividades y deportes acuáticos que junto con la masificación de nuestras playas y su irregular relieve, hace que se incremente el riesgo de padecer algún tipo de lesión y una de las más graves por su carácter de irreversibilidad es la lesión medular por zambullida.
Lo verdaderamente preocupante, es aquella que no es fruto del traumatismo inicial sino de la incorrecta manipulación en el rescate e inmovilización de la víctima