El síndrome de estar quemado o burnout es una respuesta a una situación de estrés laboral crónico, prolongado en el tiempo.
Actualmente se identifica como uno de los riesgos laborales emergentes más importantes.
La profesión de enfermería, se encuentra dentro de las profesiones de ayuda y las exigencias psicológicas de la actividad laboral incluyen la exposición a emociones y sentimientos humanos, y por tanto susceptible a padecer dicho síndrome.
Todo ello supone una carga negativa para la rentabilidad tanto humana como económica, así como una menor calidad de los cuidados de enfermería.
La prevención de su aparición puede conducir a una mayor eficacia y mejora de la salud y de la seguridad en el trabajo, con los correspondientes beneficios económicos y sociales.