Marcos Sanmartín Fernández, J.N. Melo Pabón, José Couceiro Otero
Objetivo Se describen diez pacientes intervenidos para coberturas de heridas traumáticas y retracciones cicatriciales las cuales se realizaron con un colgajo interóseo posterior.
Material y método Diez pacientes consecutivos, que fueron programados para coberturas de heridas entre marzo de 2007 y abril de 2010, se revisaron retrospectivamente en cuanto a factores demográficos, etiología, localización de las heridas, dimensiones del colgajo, resultado final y complicaciones.
Resultados Se descartó un paciente por encontrarse variaciones anatómicas. De los nueve restantes, la supervivencia fue total en siete y parcial (pérdida del 10% de la extremidad opuesta al pedículo) en dos. En los tres primeros casos de la serie se apreció una congestión venosa leve a moderada que no comprometió el resultado final.
Discusión Es nuestra preferencia prescindir del uso de colgajos libres para disminuir el tiempo de intervención y evitar complicaciones derivadas de la realización de anastomosis. La incorporación de una vena subcutánea de gran calibre disecada con tejido subcutáneo realizada a partir del cuarto caso solucionó los problemas de edemas por congestión venosa. El injerto de piel parcial en la zona donante puede llevar a quejas estéticas.
Conclusión El colgajo interóseo posterior demostró ser una alternativa fiable y efectiva para cobertura de heridas que se localicen en el rango de alcance de su pedículo, a menos que se encuentren variaciones anatómicas, lo cual ocurre en pocos casos.