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María del Carmen Latorre Aliaga, Elvira Moreno Hernández
Mujer de 41 años que acude a un servicio de urgencias por aparición de eritema con sensación de quemazón en región axilar, abdomen, pliegues inguinales, glúteos y área genital. No presentaba signos ni síntomas sistémicos, y se inició tratamiento con corticoides y antihistamínicos. Dos días después, acude a consulta por empeoramiento cutáneo con afectación de cuello, facies y párpados, asociándose corticoterapia tópica y emolientes. En la anamnesis, la paciente recuerda que el día previo al comienzo de la clínica, se le rompió un pequeño frasco de cristal que contenía mercurio puro. Lo tenía desde la niñez y recuerda haber jugado con él en la infancia. No refiere otro factor causal aparente. Valorada en dermatología a los 10 días del inicio, se diagnosticó síndrome de Baboon. Las lesiones regresaron progresivamente, pasando por una fase de descamación (fig. 1) y desapareciendo sin dejar secuelas en unos 20 días. Figura 1. Exantema eritematoso en fase descamativa. Posteriormente, en alergología, se realizaron pruebas epicutáneas que resultaron positivas para compuestos mercuriales. Comentario El síndrome de Baboon o síndrome del babuino, es una dermatitis de contacto sistémica descrita por primera vez por Andersen et al., en 1984. Se llamó así por la similitud de las lesiones con la región eritematosa glútea de los monos babuinos. Se caracteriza por la aparición de una erupción maculopapulosa eritematosa confluente de bordes definidos en glúteos, cara superointerna de muslos, y en ocasiones axilas y...
