El uso de las férulas nocturnas para el tratamiento de la fasciosis plantar se inicia en los años 90 con la intención de obtener un tratamiento complementario en multitud de patologías que afectan al pie, y que tienen un denominador en común; el acortamiento de la musculatura posterior de la pierna.(1-6).
El dolor matutino y en las primeras horas del día referido por los pacientes al estirar de forma brusca la musculatura posterior y la fascia plantar puede llegar a ser aliviado en gran medida con el uso de estas férulas nocturnas.
La efectividad de las férulas antiequino radica en el posicionamiento pasivo del tobillo, antepié y dedos en flexión dorsal durante la noche, actuando temporalmente en las propiedades viscoelásticas de la unión osteo-apo- neurótica de la fascia y tríceps sural. Así se evita adoptar la posición en equino que se suele adquirir al dormir con la consecuente contractura del Sistema Aquileo-calcáneo-plantar. (7-10) El posicionamiento del pie en flexión dorsal con la férula durante toda la noche genera una tensión en los tejidos, bajo la zona subcalcanea que podría evitar la acumulación de sustancias neurotoxicas fruto de productos de desecho procedentes de la degeneración de la fascia y sus microroturas que son los casusantes del dolor mantenido en la zona; además ejercen cierta compresión sobre zonas inflamadas del periostio calcáneo, bursa subcalcanea o entesitis musculares.
Se ha demostrado que el uso combinado de férulas dorsales y soportes plantares facilita un tratamiento más efectivo en la terapéutica de la fasciosis plantar. (11). La controversia de su efectividad radica en los estudios con criterios poco especifíficos que incluyen talalgias y no de forma más concreta fasciosis asociadas a acortamiento de gastrocnemios.